domingo, mayo 14, 2006

Una mañana cualquiera

Afuera, el día estaba luminoso pero frío, el sol se imponía por entre las pocas nubes que se veían, pero su luz no era suficiente como para calentar el pasto humedecido y brillante por el rocío de la noche recién pasada. Aún en el sillón, Daniela se estiraba lentamente, dándole tiempo a su cuerpo para reaccionar.
Pamela se pasea de un lado a otro, moviendo cosas, aseando por entre algunos que aún duermen.

-Dani, pasa a la cocina y tómate un café si quieres, al agua está hervida.
-Gracias...

Se sintío mareada al levantrase, e inmediatamente recordó que había bebido sólo un poco más de lo que acostumbrarba en ese tipo de ocaciones ¿ese tipo de ocasiones?. La cocina estaba reluciente, como si nada hubiese pasado durante la noche, Pamela era un poco exagerada con el aseo. Un tazón, café, azucar... agua y... leche.

Tazón en mano, sale de la cocina y se dirige nuevamente al living. Ya están todos despiertos y comienzan a reaccionar, algunos ayudan a Pamela, otros se estiran sin pudor, todos miran hacia afuera de vez en cuando. De pronto, aparece el Tomo en el living, con la polera al revés y sin calcetines. Todas las miradas se posan en él y algunos gritos de alegría y de felicitaciones no se hacen esperar, desafortunadamente para él, lo único que en ese momento no quiere escuchar son voces fuertes.

-Me duele la cabeza
-Por supuesto que te duele, estuviste toda la noche tomando cerveza - le dice Pamela

Segundos después aparece Consuelo y los presentes aplauden al verla.

Apoyada en el sillón que la sintió llorar, Daniela observa todo lo que ocurre sin inmutarse, consciente de que todo lo que pasó no fue nada para ellos, sabiendo que hoy con suerte se hablarán y pensando en que siempre cabe una posibilidad de que en otra oportunidad, ellos se vuelvan a juntar... pero eso nunca significará algo importante.

Los minutos pasan, finalmente todos se marchan, sin olvidar las despedidas largas, las promesas de volver, los cariñoss y abrazos fingidos y sinceros, promesas de pagar e incontables etceteras. A eso de las 11 y media, sólo quedan Pamela y Daniela en el departamento.

- ¿Te tomaste un café?
- Se enfrió

Palabras simples, intenciones pesadamente complejas. En su respuesta, Daniela le había dicho a su amiga el porque de las lágrimas la noche pasada, ella se le acerca y le da un abrazo, Daniela una vez más no puede contener sus lárgimas y llora sobre el hombro de su amiga.



A las 9 de la mañana suena el despertador. Lo apaga y se levanta luego de haber pasado una de las peores noches de su vida. Abre las cortinas de su pieza y ve que el sol juega a las escondidas entre las nubes, ese pensamiento lúdico lo hace sonreír unos segundos.
Las mañanas en su vida siempre habían sido iguales, afuera podría haber estado lloviendo u podría haber habido un sol radiente, eso era lo de menos, empezaban con una mirada dirigida a un lugar muy especial: sobre la repisa en la muralla al costado de su cama, en el segundo nivel, enmarcada con especial cuidado en un marco de madera tallado a mano, la foto de su novia...

Luego de ese acto reflejo, dirigió la mirada al velador, y vió, entre las lágrimas que le llenaban los ojos, dos anillos.

"Un anillo para unirme a ti. Un anillo para unirte a mi"

4 comentarios:

Mabel dijo...

Me conmovió mucho las ultimas líneas...
Aparte, los nombres de los personajes me parecen familiares :) ¿tienen algo k ver con la realidad o simplemente es pura coincidencia?
Espero leerte el próximo domingo ya quede enganchada con la historia

Nos vemos

Fleur du mal dijo...

Las últimas lineas me hicieron pensar en el señor de los anillos, lo siento fue inevitable, es la misma formula.
Las relaciones son un cacho siempre deberian no existir, a la parejita de personajes de la historia va a haber que o insensibilizarlos o juntarlos...se me ocurre.
Me sumo a la espera!

Talabartero dijo...

Los nombres son familiares a propósito. Ninguna relación con la realidad, salvo la cercanía de los nombre, que (espero) sirve para sentir a los personajes más cercanos.


Y sip.. la última liena es una intertextualidad con el señor de los anillos. Me pareció que sería interesante jugar con eso de "atar" pero en un sentido romántico (no en uno castigador). Además, el hombre aquél es fanático de Tolkien (espero se haya notado)

En lo personal, me gustó mucho la inscripción de los anillos (ambos dicen lo mismo), sirve tanot para él como para ella (su ex), desde mi punto de vista, lo que dicen es bello y sincero... creo que lo grabaré e mi anillo de compromiso.
Espero que la (des)afortunada no se asuste jejeje.

Nos leemos el próximo domingo.

Unknown dijo...

él no quiere anillos...
los simbolismos son extraños en las personas, algunos son correspondidos, otros odiados...
yo... toda la realidad es signo...


que les cuesta me pegunto yo... uno ha hecho cosas peores.